A ver, mis sobrinos, hoy les voy a echar el chisme sobre algo que parece sencillo, pero que en realidad es todo un arte: el acomodo de productos para vender más en la tiendita. No es nomás de poner las cosas donde quepan, no, no, no. Si sabemos dónde colocar cada cosa, podemos hacer que la gente compre más y que la tienda se vea bien surtida. ¡Así que pónganse truchas y tomen nota!
La regla de oro: Productos de alta demanda a la altura de los ojos
Esto es bien sencillo, chamacos: lo que quieren que se venda como pan caliente, pónganlo a la altura de los ojos. Si el cliente tiene que agacharse o treparse a un banquito para alcanzarlo, ya valimos. Ustedes pongan ahí lo que deja buena lanita, que si no, van a terminar vendiendo puro mazapán aplastado.
Zona de impulso: La clave para que el cliente compre más
Acá entre nos, las cositas que la gente compra por puro antojo tienen que estar cerquita de la caja. Que si los chicles, que si los dulces, que si las pilas porque se le acabaron al control de la tele… Ahí mero es donde hay que poner todo eso. Mientras hacen fila, los clientes ven esas cosas y dicen “ándale pues, me llevo uno”. ¡Y zaz! Venta asegurada.
La magia de los estantes bajos y altos
A ver, chamacos, los niños también compran, así que las golosinas y cereales con monitos bonitos van abajito, para que ellos mismos se los agarren y le den lata a sus papás. Lo que casi no se vende o es pa’ los adultos, como los productos de limpieza o el papel de baño en mega paquete, va hasta arriba. ¡Nomás no se pasen de vivos y pongan el papel de baño junto a los chicharrones, porque ahí sí van a espantar a la clientela!
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Agrupación por categorías y combinaciones chulas
El cliente quiere encontrar todo fácil, así que acomoden por grupos. El acomodo de productos para vender más implica categorizar bien:
Pan con mermeladas y crema de avellana.
Pastas con salsas y queso rallado.
Cerveza con botanas (porque no falla el que entra por un refresco y sale con un 12).
Rotación y reposición: Que no se les quede lo viejo
Este es truco de maestro tendero: lo viejo adelante, lo nuevo atrás. Si no, se les va a quedar el inventario como los calzones de la abuela: todo apretujado y olvidado en un rincón. Chequen que no falte nada en los estantes, porque una tienda con huecos se ve triste, como quincena antes de que llegue el sueldo.
Aprovecha los puntos buenos de la tienda
Cada tienda tiene sus “puntos calientes” donde pasa más gente. Ahí pongan ofertas, novedades y lo que quieren mover rápido. Por ejemplo, a la entrada pueden poner una canasta con promos o productos de temporada, como Roscas de Reyes en enero o pan de muerto en octubre. ¡Aguas con no calcular bien, porque si les quedan huevos de Pascua en agosto, van a terminar regalándolos!
En resumen, mi gente, si quieren vender más sin meterle más esfuerzo, nomás tienen que saber acomodar los productos para vender más con maña. La tienda bien organizada no solo se ve bonita, sino que también hace que los clientes compren sin pensarlo mucho. ¡A darle, que para eso estamos! Y recuerden: tendero prevenido, tienda con lana.
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