Chamacos, si aún andan con el fajo de billetes en la bolsa y contando moneditas como si fueran el Tío Rico, agárrense porque les traigo un tema candente: los pagos digitales. ¿De veras valen la pena o son pura faramalla? Vamos a echarle un ojo, pero sin hacerle al Sherlock Holmes.
¿Qué onda con los pagos digitales?
Miren, mis sobrinos, los pagos digitales son esas formas de pagar sin cargar efectivo. O sea, que la gente ya no trae morralla y prefiere pagar con:
Tarjetazos de débito o crédito (con esas maquinitas que a veces fallan justo cuando quieres pagar, ¡ah, caray!).
Códigos QR (básicamente es apuntarle con el celular y pum, pagado).
Transferencias bancarias y SPEI (dinero que viaja como el Correcaminos).
Billeteras digitales como Mercado Pago, CoDi y PayPal (sin necesidad de traer la cartera llena de boletos de la rifa de la Virgen de Guadalupe).
¿Y cuáles son las ventajas, mi gente?
Menos peligro de asaltos: Entre menos lana en la caja, menos riesgo de que un malandrín quiera hacer de las suyas.
Vendes más, sin darte cuenta: Cuando la gente no ve su dinero desaparecer en billetes, gasta más. Como cuando vas por un refresco y sales con papitas, galletas y hasta una revista de chismes.
A los clientes les late: Ya casi nadie carga efectivo, y si no aceptas pagos digitales, capaz que te dicen “gracias, joven” y se van a la tienda de la esquina.
Te quitas broncas con el cambio: Nada de “joven, ¿me acepta un chicle en lugar del peso?”. Todo es exacto y sin fallas.
Cuentas claras, negocios sanos: Te evitas hacer cuentas con los dedos y todo queda registrado, como diría la señorita Laura, “¡que pase la contabilidad!”.
Pero, a ver, también hay sus detallitos...
Hay que aprender a usarlas: Si te cuesta trabajo, no te preocupes, sobrino. Con un par de intentos, le agarras la onda. Si mi compadre Chuy aprendió a mandar stickers en WhatsApp, tú puedes con esto.
Dependes de la señal: Si se va el internet o la luz, olvídalo, no hay cobro digital que valga. Pero hay opciones con datos móviles para que no te quedes con cara de “¿qué hacemos ahora?”.
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¿Vale la pena o nomás es moda pasajera?
La neta, sobrinos, vale la pena. No solo te modernizas, sino que evitas malos ratos y vendes más. Aún puedes aceptar efectivo, pero no le saques a la tecnología. Si la gente ya paga hasta elotes con tarjeta, tu tiendita no puede quedarse atrás.
Así que pásense al lado digital, atrévanse a probar y verán que, como diría el Chavo del 8, “sin querer queriendo”, estarán vendiendo más y mejor. ¡Pónganse truchas y denle para adelante, mi gente!
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